Hoy la publicación Science en un artículo titulado “The polítics of fear”, del que también se ha hecho eco el diario El País, exponía las conclusiones extraídas de un curioso estudio sociológico con fundamentos biológicos, realizado recientemente en la Universidad Estadounidense de Nebraska. Al parecer el equipo de investigadores responsable del estudio, tras realizar diversos test acompañados de pruebas como la exposición de los encuestados a ruidos o a fotografías amenazantes, pudieron concluir que aquellos que reaccionaban con mayor fuerza y por lo tanto de forma más asustadiza, eran también los voluntarios más preocupados por proteger los intereses de su grupo social, de manera que coincidían con los más patrióticos, los que defendían el, para muchos norteamericanos, desorbitado gasto en defensa, la guerra de Irak y la pena de muerte, así como afirmaban ser detractores de los matrimonios homosexuales o de la inmigración.
Es posible que los resultados de estas pruebas no sean del todo determinantes para asegurar que la tendencia política venga directamente definida por un factor totalmente biológico, pero lo que sí es cierto es que la existencia intrínseca de cualidades para la respuesta casi automática de muchas acciones políticas como el estudio apunta, sería la única manera de poder comprender o incluso justificar (que no es lo mismo que disculpar), la irracionalidad en las actitudes de muchos.
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