domingo, 14 de septiembre de 2008

De nuevo "Lorca eran todos"


Una madrugada de Agosto de 1936, Federico García Lorca, al igual que otros muchos que le precedieron y sucedieron, fue fusilado a manos de un grupo de falangistas. Desde entonces sus restos comparten fosa común con otras dos víctimas de la Guerra Civil, pero el pasado jueves 11 de Septiembre los familiares de los enterrados junto a Lorca denunciaron el fusilamiento de sus antepasados, con la finalidad de tras setenta y dos años, darles sepultura.

La tragedia del poeta no es otra cosa que la ejemplificación de la desgracia en la que sucumbieron tantas vidas y la desolación de tantas familias, que tras perder a sus seres queridos de forma artificial y violenta, no pudieron darles un último adiós.

Para muchas de las víctimas la puesta en marcha de un proceso judicial contra los crímenes de la Guerra Civil que al parecer se llevará a cabo de la mano del juez Garzón, es la única vía para que se realice la exhumación de las fosas y es por ello por lo que la Asociación para la recuperación de la Memoria Histórica reclama una Ley de Fosas como la catalana aprobada el pasado 25 de marzo para el resto de España. (La Generalitat facilitará las exhumaciones, los registros y las pruebas de ADN de las más de 150 fosas comunes existentes en Cataluña).

Yo soy partidaria de no reabrir viejas heridas como algunos afirman, pero discrepo totalmente con aquellos que aseguran que la exhumación de las fosas tan solo nos llevará a eso, a una nueva confrontación entre las dos Españas. Y discrepo porque se me hace muy difícil pensar que el permitir que familiares de las víctimas del bando Republicano, (recordemos que de las del bando Nacional ya se encargó Franco), puedan por fin despedirse de los restos de sus antepasados de manera digna, no sea otra cosa que un acto de justicia. Seguramente no acabará con el dolor de las familias, pero es muy posible que consiga aplacar la rabia producto de la continuación del trato desigualitario dado a las víctimas de la Guerra Civil por los posteriores regímenes a los crímenes (incluso el democrático), ya que a mi parecer de no producirse la exhumación reclamada por los familiares se les estará dando la razón a los insurrectos, de manera que los vencidos acabarán por ser doblemente y entonces sí, reabriendo viejas heridas, nuevamente vencidos.

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