Este año el premio Nobel de Fisiología y Medicina, estará bien repartido entre los virólogos Montagnier, Barré-Sinnoussi y Zur Hausen. Puede que este dato no nos diga nada en especial a muchos, si no se menciona que se trata de los codescubridores del VIH (virus del SIDA) y del virus del papiloma humano (HPV), respectivamente.
El premio, que será entregado el próximo 10 de diciembre, fecha del aniversario de la muerte de su fundador, Alfred Nobel, no es otra cosa que la recompensa al esfuerzo, la constancia y al ingenio de los científicos, aunque sin duda no exista pago posible a todo lo que comporta un descubrimiento de tal envergadura, en salud mundial. Gracias a sus trabajos, se han podido desarrollar fármacos antirretrovirales, así como vacunas profilácticas contra la infección por HPV.
Sus hallazgos, dejan una puerta abierta, tras la que hay un largo camino que recorrer, especialmente en el caso del SIDA, que lleva resistiéndosele a los científicos, desde hace ya más de dos décadas.
Lo cierto es que me resulta muy gratificante ver como se premia la aplicación del conocimiento en favor del mayor beneficio de la humanidad, cosa que es para mí, la suprema obligación de la ciencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario