
De vez en cuando me gusta pararme a pensar acerca del gran privilegio del que disfruto simplemente por el hecho de haber nacido de forma fortuita en un lugar, momento y en general, en unas condiciones determinadas.
Pero después me pregunto si en realidad se trata de una situación dada simplemente al azar.
El hecho de que yo haya sido en este caso “la elegida” para vivir la vida que me ha tocado, obviamente sí (especialmente si nos fijamos en las causas biológicas), pero lo que también tengo muy claro es que las circunstancias con las que me he encontrado (tanto las buenas como las malas), llamémosle contexto, son fruto de la actuación de muchas personas que me han precedido.
En estas ocasiones de reflexión, me gusta recalcarme especialmente, que gozo de muchos privilegios como producto de la lucha de mucha otra gente a la que le tocó vivir antes que a mí, (que es muy probable que compartieran conmigo clase social o sexo, por ejemplo), junto con la de mis antepasados más recientes, que sin duda procuraron dejarme como legado, el poder tener una mejor vida de la que ellos pudieron disfrutar.
Son en estos momentos en los que me siento con la responsabilidad de hacer todo cuanto esté en mi mano por tratar de ofrecer a las generaciones venideras una herencia algo mejor de la que recibí yo, siguiendo así el curso de la lucha llevada a cabo por todas las personas de progreso que me han ido allanando el camino a lo largo de la historia.
Como he hecho referencia antes, creo que de vez en cuando es conveniente hacer esta reflexión y por ello la tengo, podríamos decir, casi por costumbre, la diferencia es que hoy la he ido haciendo mientras me dirigía a clase caminando por mi facultad, y mientras tropezaba con las señoras que cada mañana se encargan de la limpieza, y con los señores que lo hacen del mantenimiento, y en ese momento me he dado cuenta de que no es necesario ir en busca de grandes hazañas ni alzar demasiado la vista, porque por ejemplo contribuir a que en un día venidero no muy lejano sea algo común encontrarnos señores de la limpieza y señoras de mantenimiento, sería una forma clara a la vez que cercana de cambiar el mundo contribuyendo así a crear un magnífico legado.